¿CÓMO SE TRATA?
El tratamiento del lupus eritematoso sistémico se basa en una serie de medidas no farmacológicas y medicamentos.
Los medicamentos utilizados en el lupus son varios, y en los últimos años han aparecido varios fármacos específicos para tratar el lupus.
En cualquier caso, la base del tratamiento con medicamentos de lupus son los antimaláricos. Estos medicamentos, utilizados inicialmente para tratar la malaria, se vio que funcionaban disminuyendo el dolor articular en muchos procesos reumáticos y entre ellos el lupus. Tiene poca toxicidad por lo que se pueden utilizar a largo plazo y son muy importantes porque son capaces de prevenir la aparición de brotes. Es más utilizado es la hidroxicloroquina.
Junto con la hidroxicloroquina es frecuente utilizar dosis variables de corticoides. En los últimos años ha habido intensa investigación sobre el uso de corticoides en el lupus, de modo que la tendencia actual es utilizar dosis altas para comenzar los tratamientos de las formas más graves, durante periodos cortos de 3 a 5 días. Estos son los llamados bolos de corticoides. Además, la dosis de mantenimiento debe ser lo menor posible, siempre que se pueda por debajo de 7.5 mg de prednisona diarios, y si es posible en 5 mg o menos. Dosis más altas se asocian a muchos efectos secundarios.
Cuando no es posible controlar la enfermedad con hidroxicloroquina y corticoides a dosis bajas se añaden fármacos inmunosupresores con efecto de ahorro de corticoides. Entre ellos están el metotrexato, el micofenolato, la azatioprina, el tacrolimus o la ciclosporina entre otros.
En formas graves de la enfermedad se puede utilizar quimioterapia a dosis baja como es la ciclofosfamida, que sigue siendo, aún hoy en día, bastante utilizado para la afectación de riñón en el lupus.
Por último, se han descubierto nuevos fármacos biológicos, con menor toxicidad, que son muy eficaces para tratar el lupus grave, como es el rituximab o el belimumab.
El tratamiento se debe intensificar o simplificar casi en cada visita a medida que va aumentando o disminuyendo la actividad de la enfermedad. El fin será encontrar la mínima dosis de corticoides posible y en general el tratamiento lo menos tóxico posible para conseguir la remisión de la enfermedad. Ese debe ser siempre el objetivo último del tratamiento.